Qué hacer cuando crees que algo anda mal: Guía para padres
Como padre o madre, conoces a tu adolescente mejor que nadie. ¿Tienes ese presentimiento de que algo no está bien? Confía en él, pero también aprende a distinguir entre los cambios normales de ánimo en la adolescencia y las señales que podrían necesitar más atención.
PASO 1: ENTIENDE LAS DIFICULTADES NORMALES DE LA ADOLESCENCIA
¿Es este un comportamiento normal de la adolescencia o algo más?
Primero, un recordatorio importante: ser adolescente no es fácil. Los días malos, el estrés y los cambios de humor son parte del proceso. Como señala la Dra. Lisa Damour, reconocida psicóloga y experta en el desarrollo adolescente: "Los padres deben dejar claro a sus hijos que tendrán días malos, y que lo más importante son las decisiones que tomen para afrontarlos."
Esto es clave: lo importante no es que tu hijo adolescente se sienta bien todo el tiempo, sino cómo maneja las emociones difíciles. ¿Ellos...?
¿Se acercan a sus amigos?
¿Se activan haciendo deporte o ejercicio?
¿Usan métodos creativos como la música o el arte?
¿Hablan de lo que sienten con alguien de confianza?
¿Toman descansos mentales saludables?
¿O recurren a alternativas preocupantes como el aislamiento, las autolesiones o el consumo de sustancias para adormecer el dolor?
Por qué esto importa más que nunca:
La diferencia entre enfrentar de manera saludable o no el dolor emocional es más crítica que nunca en el mundo actual. Cuando los adolescentes buscan un alivio rápido para el dolor emocional, enfrentan peligros que no existían cuando nosotros éramos jóvenes.
Hoy en día, las pastillas falsificadas que contienen fentanilo mortal son idénticas a medicamentos reales como Percocet, Xanax o Adderall —los mismos medicamentos que algunos adolescentes podrían buscar para tratar su ansiedad, el estrés o las dificultades para concentrarse.
Tan solo 2 miligramos de fentanilo —unos pocos granos de sal— pueden ser letales. Estas falsificaciones se venden a través de redes sociales y pueden encontrarse en cualquier parte, incluso en las escuelas
Lo que antes podía ser “solo experimentar” ahora puede ser fatal con una sola pastilla. Por eso, reconocer las señales tempranas de dificultades de salud mental es un paso crucial para prevenir tragedias relacionadas con el consumo de sustancias.
PASO 2: RECONOCE LAS SEÑALES DE ADVERTENCIA
¿Qué cambios deberían preocuparte?
Es normal que los adolescentes pasen por subidas y bajadas emocionales. Pero cuando los cambios son persistentes, afectan varias áreas de su vida o parecen surgir de la nada, podrían ser señales de algo más profundo—especialmente si tu hijo también está enfrentando otros factores de riesgo como estrés, trauma o condiciones de salud mental preexistentes.
Busca patrones, no solo momentos aislados. Uno o dos trabajos no entregados o una tarde de mal humor quizá no signifiquen mucho. Pero si notas varios cambios que duran más de un par de semanas, vale la pena prestar atención.
Recuerda: incluso los adolescentes de alto rendimiento académico o los atletas destacados pueden estar luchando en silencio. La presión por mantener calificaciones perfectas o un desempeño deportivo sobresaliente suele generar un estrés oculto que puede llevar a los adolescentes a buscar alivio a través de conductas de riesgo. Según estudios recientes, uno de cada cinco adolescentes entre 12 y 17 años ha tenido un episodio depresivo significativo en el último año. Algunos adolescentes enfrentan desafíos adicionales que los hacen más vulnerables tanto a problemas de salud mental como a conductas de afrontamiento riesgosas. Aquellos que tienen TDAH, ansiedad o depresión pueden necesitar apoyo extra para desarrollar formas saludables de manejar el estrés.
PASO 3: FORTALECE TU CONEXIÓN
Tu relación es su mejor protección
Prueba estas estrategias para fortalecer la conexión:
Muestra curiosidad sobre el mundo de tu hijo adolescente: haz preguntas abiertas sobre lo que va bien y lo que les resulta difícil
Crea momentos regulares y relajados para hablar, sin presionarlos
Valida sus sentimientos sin intentar resolver sus problemas de inmediato
Comparte comidas familiares siempre que sea posible
Mantente involucrado en sus actividades sin añadir presión por el desempeño
Da el ejemplo mostrando maneras saludables de manejar tu propio estrés
Mantén reglas y límites familiares claros
Ayúdalos a construir conexiones con otros adultos de confianza
Esta conexión protectora es especialmente importante en el entorno actual, donde los adolescentes enfrentan riesgos sin precedentes debido a las pastillas falsificadas y otras sustancias peligrosas.
PASO 4: EMPIEZA CON UNA CONVERSACIÓN
Cómo abordar temas difíciles Cuando notes cambios preocupantes, las conversaciones serán tu herramienta más poderosa. Los adolescentes suelen abrirse más durante momentos casuales que en charlas formales. Busca oportunidades naturales mientras manejan, caminan o cocinan juntos. Puedes comenzar diciendo:
"Últimamente he notado que las cosas parecen un poco diferentes. ¿Quieres hablar de lo que está pasando?"
"He notado que pareces estresado(a). ¿Qué es lo que se te está haciendo difícil en este momento?"
"Estoy aquí para escucharte, no para regañarte ni juzgarte."
Luego, escucha de verdad. Permíteles expresarse sin interrumpirlos ni juzgarlos. Concéntrate en comprender, no en resolver o dar lecciones.
Estas conversaciones crean un espacio para que los adolescentes hablen sobre lo que están viviendo emocionalmente, lo cual puede ayudar a prevenir que recurran a las sustancias como una forma de automedicarse o enfrentar el estrés, la ansiedad u otros desafíos.
PASO 5: USA LOS RECURSOS DISPONIBLES
Herramientas para ayudarte a ti y a tu hijo adolescente
PASO 6: SABER CUÁNDO BUSCAR AYUDA PROFESIONAL
No tienes que enfrentar las preocupaciones serias tú solo(a).
Si las señales de alerta continúan a pesar de tus mejores esfuerzos por conectar, recuerda que no tienes que manejar esto a solas. Cuando las preocupaciones persisten por más de dos semanas—especialmente cambios en el sueño, el estado de ánimo o aislamiento social—es momento de buscar apoyo adicional.
Referencias: Scott Hadland, MD, Chief of Adolescent Medicine, Mass General for Children/Harvard Medical School; Lisa Damour, PhD, Teen Parenting Expert, Best Selling Author, Co-Host of Ask Lisa Podcast; Fred Muench, PhD, CEO, Clear 30